3/9/08

Casa bianca per una nazione sconosciuta





Venecia. Julio del 99?

Creo que R* llevaba un vestido azul marino de manga corta. A** quería subirse a una góndola. En el pabellón de Corea entré en una cámara acolchada y, creyendo que nada se escuchaba en el exterior, me cagué en lo más barrido. Uno tenía la sensación de estar completamente aislado. Te oías a ti mismo a través de unos cascos y alrededor todo era mullido, rosa y cerrado; excepto la ventanita que estaba a tu espalda, a la altura de la cabeza. Me giré y vi a mi padre riéndose, feliz; mirando cómo su hijo se desahogaba a grito pelado. No me dijo nada y sólo después de salir de la cámara coreana y de que el siguiente estúpido entrara, me di cuenta de que en el exterior se escuchaba todo lo que se decía dentro. Entonces nos reímos los dos.

A las chicas les gustó la Casa blanca para un país desconocido. Estuvimos sentados dentro durante un rato. A pesar de estar hecha de cajas de plástico para botellas, se estaba bien. No hacía calor.

Tanto la Cámara como la Casa resultaban mucho más aleccionadoras acerca del estado actual de la privacidad que los listados públicos de los donantes americanos, demócratas o republicanos, convertidos en objeto museístico.

Tengo la sensación de que, al menos entonces, hace sólo nueve años, había una preocupación por "trabajar la obra", una decisión de que la idea estuviera presente a través del objeto. No sé. Esto es ya para otra entrada. Me he acordado viendo una exposición, más bien sociológica, en la que el volumen brillaba por su ausencia. El plasma va que se mata.



Más sobre la casa blanca: Winter/Hörbelt

2 comentarios:

  1. Anónimo7/9/08

    Miguel, me parece que en esa expo sociológica hay un video de Sophie Calle que quizás te interese. Dura media hora ¿lo has visto?. Si es así me gustaria comentarlo contigo.
    El peri

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  2. Le echaré un ojo. ¿Volvíteis?
    Hablamos.

    Un saludo.

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