Estimado Curioso:
Por su contestación a la entrada anterior es seguro que agosto no es su mes. En mi caso lo es por ley. No hay más cáscaras. Así que no sabe usted las ganas que tengo de que se acabe julio. Saldrán los locutores desplazados a la central de datos de la Dirección General de Tráfico o a los puentes bajo los que discurren las riadas de coches camino de la playa; advertirán de las retenciones kilométricas; los cámaras becarios mostrarán, contrapicados, los termómetros de las calles de Córdoba y el enésimo dermatólogo aconsejará por la radio darse protección del tantos y no tomar el sol a tal hora. Y a mí todo esto me sabrá a gloria bendita.
Desde luego el otoño es muy atractivo y ya me gustaría pasear por Central Park en temporada baja admirando sus especies caducifolias camino del Museo de Historia Natural o, al contrario, enredar en librerías de viejo en Buenos Aires cuando empieza allá la primavera. Pero, de momento, no puede ser. Así que, como tantos otros, he de someterme a una antigua tradición y a fe que se le acaba por sacar mucho partido, generalmente a base de no moverse de casa.
De todos modos, le dejo aquí arriba a Keith Jarrett y sus amigos para que vaya usted haciéndose al tiempo que tanto añora. No tenga prisa. Todo llega.
Atentamente,
Por su contestación a la entrada anterior es seguro que agosto no es su mes. En mi caso lo es por ley. No hay más cáscaras. Así que no sabe usted las ganas que tengo de que se acabe julio. Saldrán los locutores desplazados a la central de datos de la Dirección General de Tráfico o a los puentes bajo los que discurren las riadas de coches camino de la playa; advertirán de las retenciones kilométricas; los cámaras becarios mostrarán, contrapicados, los termómetros de las calles de Córdoba y el enésimo dermatólogo aconsejará por la radio darse protección del tantos y no tomar el sol a tal hora. Y a mí todo esto me sabrá a gloria bendita.
Desde luego el otoño es muy atractivo y ya me gustaría pasear por Central Park en temporada baja admirando sus especies caducifolias camino del Museo de Historia Natural o, al contrario, enredar en librerías de viejo en Buenos Aires cuando empieza allá la primavera. Pero, de momento, no puede ser. Así que, como tantos otros, he de someterme a una antigua tradición y a fe que se le acaba por sacar mucho partido, generalmente a base de no moverse de casa.
De todos modos, le dejo aquí arriba a Keith Jarrett y sus amigos para que vaya usted haciéndose al tiempo que tanto añora. No tenga prisa. Todo llega.
Mais la vie sépare ceux qui s'aiment,
Tout doucement, sans faire de bruit
Et la mer efface sur le sable
Les pas des amants désunis.
Les feuilles mortes, etc...
Atentamente,
Bueno...pues que lo pase Vd. bien Mr.Passy, o Mr. Miguel que igual da, aunque como bien dice sea sobre todo para estar en casa (sabia decisión).
ResponderEliminarDisfrute amigo, los demás esperaremos "tout doucement" a que se acabe.
Con mis mejores deseos,saludos curiosos.