27/2/08

El agua



Estimada Mercedes:

No puedo encontrar las notas de las que hablamos. Tendré que rehacerlas. Durante estos días, mientras las buscaba en borradores de correos electrónicos y carpetas bautizadas con nombres que ya no sé a qué obedecen, he visto estas fotos. He tenido un recuerdo inexistente y adelantado.

El poder evocador de las piscinas es enorme; recuerdo dos relatos tuyos. El del jardinero y el anterior: la alberca donde el niño se pasea por el borde tiene una gran presencia.

Después de las aguas cloradas, el gresite impoluto y las escaleras brillantes está la ruina y un poco antes el anuncio de la ruina. The last picture show -su piscina cubierta- es el momento previo al desastre, al olvido. (Puede verse troceada en Youtube)

Algo hay que encadena el agua y la ruina. No se trata solo de su mero efecto físico sobre las cosas, sino de la percepción de la primera como símbolo.

“[…] Por otro lado, el agua es el elemento que mejor aparece como transitorio, entre el fuego y el aire de un lado -etéreos- y la solidez de la tierra. Por analogía, mediador entre la vida y la muerte, en la doble corriente positiva y negativa, de creación y destrucción. Los mitos de Caronte y Ofelia simbolizan el último viaje. ¿No fue la muerte el primer navegante?”
(Cirlot, Juan-Eduardo. Diccionario de símbolos. p. 55. Ed. Labor, novena edición, Barcelona, 1992)

Voy a charlar con el jardinero.

Saludos.

Mercedes Álvarez: El encuentro



1 comentario:

  1. Anónimo28/2/08

    Más que interesante. No lo había pensado desde ese ángulo, pero es evidente que hay algo de lo que dices.

    Muchas gracias el link a las fotos (y el otro).

    Un abrazo.

    Mercedes

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