Volviendo al daguerrotipo, no puede pasarse por alto la similitud con el cuadro de X. Morrás “El limpiabotas” En ambos caso es el hombre que se deja abrillantar los zapatos el protagonista de la escena, no quien los lustra.
Daguerre deja pasar alrededor la masa informe de la muchedumbre. Morras aísla la escena, le da su toque pop con las luces de los anuncios callejeros y prepara también al protragoniosta para el Juicio Universal. No sé si en el primer caso hay una voluntad de identificar el hecho servil de una profesión como ésta, tan dada a las confidencias, a la literatura y a las comparaciones. En el caso de Morrás, no hay duda.
Todo viene -tampoco puede dudarse- de la frase de san Juan el Bautista: "Viene tras de mí el que es más poderoso que yo, al cual no soy digno de desatar encorvado la correa de sus zapatos."
No hay comentarios:
Publicar un comentario