Estimado sr. Pynaqui:
He leído el breve ensayo de Francisca Pérez Carreño Algunas paradojas sobre la representación de la violencia. Gracias por la recomendación. Resulta de una gran claridad y su análisis es simple y convincente. Sin embargo, querido amigo, la autora se detiene a las puertas del misterio: es posible que no corresponda a una catedrática de estética ir más allá y, en efecto, nada dice acerca del mecanismo que permite el goce frente a la representación de la violencia. Roza el problema analizando la inmoralidad de la mirada pero no va más allá, evitando campos que no cultiva. Me pregunto si el concepto de “pulsión de muerte” tiene que ver con el placer en la contemplación de algunas escenas violentas. Tal vez P. Ch. nos saque de dudas.
Un saludo
Diré algo sobre la marcha. Somos gente respetable y nos excitan cosas poco respetables. Deseamos "mal". He aquí algo que Freud (tan respetable también) destaca desde el principio. El deseo, según él, es siempre deseo inconsciente y no se dirige por lo general a destinos beneméritos y filantrópicos. (Matar al semejante y abusar sexualmente de él es algo que F. encuentra muy común, en "El malestar..")El hombre no se regiría solo por el principio del placer, no buscaría solo el bienestar, sino otro tipo de compensación: habría un "Mas allá del principio del placer". Más allá estaría el goce, según Lacan, esa forma de obtener algo del objeto que no es la satisfacción,(no hay bobjeto que cumpla con el deseo) pero tendrá que ver con un disfrute que por lo general el yo lo vive con displacer,con rechazo: como algo que no se puede evitar. El síntoma, por ejemplo, o la compulsión del tabaco, o el seguir mirando, o seguir haciendo aquello que nos molesta y no dejamos de repetir. Ahí hay algo que se satisface, y habría goce.
ResponderEliminarExisten de todas maneras varias webs que seguro que lo cuentan mejor que yo. De vez en cuando yo entro en http://blogs.periodistadigital.com/eldivan.php
que tiene un buen glosario y es bastante accesible.
Un cordial saludo