Sobre la estación de Duroc está el hospital Necker para enfants malades. A pesar de ser un hospital en condiciones, la placa del metro parece hacer referencia a una antigua institución: transfusión sanguine, blanco sobre chapa metálica azul profundo. Leer estas cosas bajo tierra -sangre, niños enfermos- y su contraste con los carteles publicitarios, produce una extraña sensación. Dan ganas de salir enseguida al exterior y comprobar que todo está bien.
Será la lírica francesa?
ResponderEliminarsaludos.
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