Dicen de algunos discos de rock que, escuchados al revés, contienen mensajes diabólicos. Al concierto de Año Nuevo le pasa lo mismo. Pero al derecho. Se trata de un repertorio obsceno, lleno de alegrías irreflexivas y marchas dedicadas a gente como Radeszky que era un tipo de armas tomar. Pero aparte de lo anecdótico, del uso de pistolas y fusiles durante el concierto, hay un regusto general a cloaca en esta forma de entrar en el año nuevo. Toda la melancolía de los valses o la brillantez de las polcas esconde el sabor a sumidero de la bañera de Europa; hay algo sucio en esta representación, algo que proviene de lo peor del continente, ejecutado además con tal exactitud, que da miedo. Es una clase de suciedad que se resiste a los disolventes más modernos. Jaleadas por medio mundo, fáciles de tararear, el Diablo parece estar detrás de estas músicas que avanzan a golpe de caja y timbal y que animan a un desfile libre de preocupaciones.
“Marcha: –define Ambros Bierce- Marea que se produce en cualquier ejército ante la posibilidad de saqueo.”
¿Injusto? Si. ¿Aproximado? También.
Los palcos del Musikverein merecerían comentario aparte.
Desde luego, donde esté la flauta mágica de mozart, que se quiten otras pasiones.
ResponderEliminarfeliz año
iluminaciones
Cloaca, sumidero, pistolas, fusiles, demonios..., ¿tanto bebió usted ayer, amigo Pasy? Hágase mirar estas resacas tan preocupantes que le llevan a desenfocar las cosas de una manera atroz.
ResponderEliminarNo sé si es para tanto, pero lo cierto es que estas marchas son como la novena de Beethoven o los valses de Strauss, que los hemos escuchado tanto que ya son totalmente inescuchables. Nunca sabremos si de verdad un día nos gustaron.
ResponderEliminar¡Caramba! ¡Qué suerte! He aquí una persona que ha escuchado demasiadas veces la Novena Sinfonía de Beethoven. ¡Demasiadas veces! ¿Qué querrá decir? ¿La Novena? ¿Entera? ¡No puede ser! ¡Pues parece que sí! ¿Cuántas veces serán demasiadas? ¿A quién se la habrá escuchado para que a día de hoy le resulte inescuchable? ¡Dios mío! ¡Le pasa lo mismo con la Novena que con los valses de Strauss! ¿Con todos? ¿Con todos los Strauss, quiero decir? Va a tener razón Passy: yo también deseo que estas fiestas acaben cuanto antes, no sea que acaben antes con las neuronas, con el gusto y con el criterio de gentes como ustedes, estragadas por el empacho festivo del cambio de año.
ResponderEliminarDa igual si los hemos escuchado enteros o no, o si lo hemos hecho 10 o 50 veces, querido señor Anónimo; basta ser parte de la cultura europea occidental para estar harto de ellos. No sé si me explico. ¿Tal vez iban por ahí los comentarios de Monsieur Passy? En cualquier caso a esto me refería yo. Un saludo.
ResponderEliminarSe nota que todos ustedes son personas desocupadas o con salud y sin preocupaciones. Si no, no se explica.
ResponderEliminarDigamos que estoy de acuerdo con el usuario anónimo...Hablando de Forster, Connolly dice que "nada le disgusta tanto como la presunción intelectual, en el sentido de orgullo espiritual". Y ya puestos a algunos les convendria aplicarse aquellas definiciones que da en "Diario de Londres" sobre los "revolucionarios psicologicos" y los "estetas revolucioanrios". Ahí es nada. Vivir para ver...y leer.
ResponderEliminarDepende lo que entendamos por "presunción intelectual" y "orgullo espiritual". Pero bueno, ¿es que hoy en día no podemos decir abiertamente lo que nos gusta y lo que no? ¿lo que queremos y no queremos escuchar? ¡Y no, estimados Anónimos 1 y 2, tampoco me gusta Wagner!Me parece pomposo y horriblemente solemne.
ResponderEliminarPues claro que puedes decir lo que te gusta y lo que no. Faltaria más. Por eso me corrieron los grises a palos en su día. Pero hay maneras de decirlo. Y por ahí - no me refiero a tí, claro -, a veces, segun en que comentarios, desprenden un tufillo que.... le puedes llamar como quieras. A mi Connolly ya me iba bien.
ResponderEliminarAh!, que conste: a mi tampoco me gusta Wagner fuera de algunos pasajes. Pero tampoco me gusta la Novena de Beethoven - ni puestos a decir ninguna de sus sinfonias!!. Y Mozart (ay!, que año nos espera) para mi gusto ya es demasiado moderno.....(es una ironia, claro).
saludos