La montaña rusa es la burla del puente. El chiste amargo. Sales de un punto y todas las emociones te devuelven a la casilla de salida. Todo es en balde. Los sustos, el estómago en la garganta, la calderilla por los aires, todo para nada. En la montaña rusa se sustituye la otra orilla por la intensa alteración del ánimo, la reflexión por la conmoción somática. Estamos dispuestos al vómito con tal de volver al mismo sitio: con tal de no cruzar.
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