No soy capaz de entender por qué estas ideas de Raymond Ruyer, me causan tanto placer. Esta definición de la forma verdadera, sirva para lo que sirva y si es que tiene algún sentido, me produce sensación de paz interior. Y a pesar de que debiera serme agradable desde lo racional, lo es más por la discreta emoción que produce su simple lectura.
"Las figuras son funciones que remiten a ejes de coordenadas y las estructuras, funcionamientos que remiten a posiciones relativas ordenadas por contigüidad, según estados de equilibrio y enlaces horizontales, incluso cuando existe una relación de dominio. Pero las formas, llamadas sustanciales o individuales, son posiciones absolutas verticales, superficies o volúmenes absolutos, dominios unitarios de «sobrevuelo», que ya no implican, como las figuras, una dimensión suplementaria para captarse ellas mismas, y ya no dependen como las estructuras de enlaces localizables preexistentes.
Son almas, mónadas, «superjetos», en «autosobrevuelo». Presentes a sí mismas en la dimensión vertical, sobrevolándose sin tomar distancia, no son ni objetos capaces de explicar la percepción, ni sujetos capaces de captar un objeto percibido, sino interioridades absolutas que se captan ellas mismas y todo lo que las llena, en un proceso de «seenjoyment», extrayendo de sí todo lo percibido, copresentes a lo cual están en esa superficie interna de un solo lado, independientemente de órganos receptores y de excitaciones físicas que no intervienen en ese nivel.
Mis ojos remitirían a un tercer ojo, y éste a un cuarto, si una forma absoluta no fuera capaz de verse a sí misma, y de ese modo ver todos los detalles de su dominio en la totalidad de cuyos puntos se encuentra al mismo tiempo: enlaces no localizables. "
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