Buscas una cosa y aparece otra, como el libro de José Antonio Vitoria en el que hace seis años hice una marca. Vuelvo a leer estas líneas de las que ya ni me acordaba. Tenía una lejana idea de sus poemas relativos a los viajes y a hoteles de tercera, pero había olvidado que fuese tan duro. Me alegro de haberlo encontrado; toda referencia a viajar, a ponerse en marcha, me excita, aunque el resultado prometido no sea el más apetecible.
Que en la busca de ti mismo
no dejes templo ni escondrijo intacto.
Que el saqueo del pasado
te sea abundante y propicio
y que no quede sombra en la memoria
que aguarde a ser violada.
Que, igual que el sueño tropieza y acaba en el día,
descubras que ya nada está cuando se vuelve
y que el tiempo, acaso como todo sacrificio, ha sido en balde.
Que la herida para nada sangre.
Que sea siempre la meta del regreso
tu propio rostro prometido,
y también la única razón de tu resistencia.
Que lo encuentres al fin. Que te aproveche.
José Antonio Vitoria Casi solos
Excelente poema, buscaré a este poeta para tenerlo en mi biblioteca. Saludos!
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