A esto es a lo que me refiero cuando hablo de Bernarda Alba ; a la casa vacía, a la madre muerta y no rediviva y a las hijas que han abandonado a su suerte la casa familiar para que se caiga a trozos. Es el drama que yo preferiría ver. –Si al espectador se le permite elegir.- La historia que empieza con la muerte de la madre, con la negación del duelo por parte de las hijas y con su huída camino de cualquier parte en la que no sea necesario afinar el oído para oír qué cantan los olivareros.
Entiendo. Lo que usted quiere es una pieza que se llame "La casa de Bernarda Alba" en la que Bernarda esté muerta y las hijas hayan huido de la casa. O sea, lo que usted quiere es sólo "la casa", tan tenebrosa y melancólica como usted la ha pintado. Usted quiere una obra de teatro sin personajes, sin gente, sin nadie, usted quiere un decorado, una pintura, pero no una obra de teatro. Teatro, ya sabe, con gentes que van y vienen y quieren y odian y tienen conflictos.
ResponderEliminarHombre: tampoco es eso. No niego que mi ideal sea comunicar sin acción, extremo este difícil de alcanzar en las artes escénicas y en la literatura. Me gustaría saber cómo pueden narrarse historias sin que nada, o casi nada, suceda. Luego me pasa que veo una película iraní, pongo por caso, y me aburro.
ResponderEliminarPuestos a elegir -de nuevo- preferiría una cena de las hermanas que arrancara con el recuerdo de la madre muerta. El movimiento, la acción que debe acompañar al discurso estaría asegurado y asistiríamos posiblemente a un drama doble: al del pasado ( al del recuerdo) y al del presente ( al del enfrentamiento entre hermanas.) Me pregunto si a la mesa estaría sentado Pepe el Romano.
Y así sucesivamente,
Esto es porque usted, querido amigo, está firmemente anclado en un modo de decir que nada tiene que ver con el teatro de Lorca. Usted, tal vez, preferiría ver una película de Bergman. O contarla...
ResponderEliminar