18/9/05

Tipografías

La portada de Guerre à la tristesse, publicado a finales de los cincuenta, parece tener una cierta relación con el cartelismo socialista que terminaba su ciclo precisamente entonces. Y a la vez, conecta con las fundas para discos de 45 revoluciones que comenzaban a hacerse populares. Tal vez la falta de color, la tipografía (dese luego la itálica no le conviene en absoluto), la composición, hacen que la imagen resulte extremadamente melancólica y carente de la fuerza que merece el libro. En Drouot son frecuentes las subastas de carteles antiguos por los que se pagan buenas sumas de dinero. Es un arte que ha ido a menos, el pasquín ha sido sustituido por el esténcil y ya sólo se pegan los reclamos del circo cuando éste llega a las ciudades. En realidad, ni eso, porque casi no se pegan: se colocan sobre estructuras que a su vez se fijan a las farolas de las avenidas, Pegar, lo que se dice pegar, sólo se pega la faja en la que se indica el lugar donde quedará instalada la carpa y las fechas en las que habrá función. Están también los grandes carteles publicitarios colados en vallas al efecto, pero esto es otra cosa.


Durante algunos años, hace ya mucho, convivieron el collage marxista, el constructivismo llevado al anuncio, con el reclamo de las lámparas Zeda, de los digestives:



Dubo

Dubon

Dubonnet.


Recuerdo a Victor F. que en su cuaderno de apuntes de derecho procesal había escrito con grandes letras Pro, Proce, Procesal. No viene al caso. ¿Y? y nada. Estoy de nuevo en el sótano de la casa. Antes, en la entrada me he cruzado con los gemelos que , sin quitarse sus respectivas gorrillas, bajaban ya los muebles a la furgoneta. Tengo permiso de T.C. para coger algunos libros, a cambio de que le prepare el resto en lotes para poder venderlos en el Marché Dauphine. El deceso del propietario ha debido ser hace poco, en un estante se hallan los libros que, al parecer, no había leído todavía. Me acuerdo de Mercedes: Hay un ejemplar de las conferencias radiofónicas que dio hace años Steiner bajo el título genérico de Nostalgia for the absolute.

4 comentarios:

  1. Anónimo19/9/05

    Dice usted: Estoy en de nuevo en el sótano de la casa mientras los gemelos, sin quitarse sus respectivas gorrillas, bajan los muebles a la furgoneta.
    La pregunta es: ¿dónde está usted de nuevo para ver antes sólo los tobillos y ahora hasta las gorrillas de los gemelos?
    Ahora comprendo su afición a ver los tobillos desde el sótano si el punto de vista le permite ver hasta las gorrillas de los gemelos.
    Ya
    ya me
    ya me explicará.

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  2. Nada como un lector atento a la elipsis excesiva.

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  3. Anónimo20/9/05

    Decía usted ayer: Estoy de nuevo en el sótano de la casa mientras los gemelos, sin quitarse sus respectivas gorrillas, bajan los muebles a la furgoneta.

    Y hoy va y corrige: Estoy de nuevo en el sótano de la casa. Antes, en la entrada me he cruzado con los gemelos que , sin quitarse sus respectivas gorrillas, bajaban ya los muebles a la furgoneta.

    Esto es como hacerse trampas echando con los naipes un solitario.
    ¿Tan importantes son las gorrillas de los gemelos? ¿Por qué no quieren los gemelos arrebatarse uno a otro la gorrilla respectiva? ¿Acaso son una pareja muy bien avenida? ¿Acaso las gorrillas son también gemelas? ¿Acaso el detalle de las gorrillas nos dice que los gemelos son tan fornidos y robustos que bajan los muebles a la furgoneta sin despeinarse?
    Ya me parecía a mí que incluso a una persona como usted, capaz de estirar el cuello entre los barrotes del tragaluz para otear los tobillos, le iba a costar lo suyo ver a los gemelos desde el sótano algo más arriba que las garrillas.

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  4. ...si no bebo miserable.

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