8/7/05

Ahí viene

Ahí viene A.I. por la acera derecha de la Rue de Liège. Le he invitado a tomar un café. No la veo desde el día del cumpleaños de su abuela. Ahí viene como una pluma; ligerísima, veraniega, sin sonreír todavía. Aún no. Esperará hasta llegar al velador: sólo entonces arqueará un poquito las cejas a modo de saludo. Entonces yo me levantaré, ella hará un gesto como diciendo que no me moleste y se agachará para que le dé dos besos. Ahí viene A.I.

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