Esta pintura es una de las primeras de la serie “ pinturas-alfabetos” o “pinturas-nombres” realizadas por Magritte durante su estancia en París entre 1927 y 1930. Estas obras constituyen una proposición para establecer una nueva relación entre las palabras y la pintura, revelando así la ambigüedad de las relaciones entre los objetos reales, su imagen y su nombre. Este problema abordado por Magritte en "Les mots et les images, artículo publicado en diciembre de 1927 en “LaRévolution surréaliste”, que presenta un cuadro confrontando enunciados linguísticos con viñetas ilustrativas. Por ejemplo la primera frase nos enseña que un objeto no contiene hasta tal punto su nombre, que no se pueda encontrar otro que le convenga más.
La Querelle des Universaux podría ilustrar ese otro enunciado sacado del artículo: “A veces el nombre de un objeto toma el lugar de su imagen.” Las palabras “follaje”, “caballo”, “espejo”,”tren”, escritos sobre un lienzo, reemplazan la imagen que designan. Colocados en en las puntas de una estrella enigmática e inscritos cada uno en una mancha marrón, -“una forma cualquiera que puede reemplazar la imagen de un objeto”-, estos nombres participan plenamente de la composición espacial de una nueva imagen fantasmal. Gracias a este cuadro, la conexión que establecemos espontáneamente entre los objetos, las imágenes y los nombres, se pone en cuestión
11/6/05
Pintura y palabras
Estimado sr. Pynaqui:
Usted me conoce. Le agradezco mucho el texto acerca de Querelle des universaux de Magritte. Es extremadamente simple y exacto. Con alborozo e indicación de la fuente, lo añado a esta libreta, junto con un enlace a les mots et les images al que hace referencia su envío.
Por otra parte, tengo que pasar por San Sebastián durante la próxima semana, así que, siguiendo sus consejos, veré encantado la exposición de J. Balda y la recolocación de las piezas del Museo Oteiza en Alzuza.
Agradeciendo de nuevo su atención, reciba un atento saludo de su amigo
P.D. me pregunto si su apellido es una modificación del Pinaquy de Saint Laurent de Gosse.
Cette peinture est l’une des premières de la série des "peintures-alphabets" ou "peintures-mots" réalisée par Magritte au cours de son séjour parisien de 1927 à 1930. Ces œuvres constituent une proposition pour établir un nouveau rapport entre les mots et la peinture, révélant ainsi l’ambiguïté des liens entre les objets réels, leur image et leur nom. Ce problème est aussi abordé par Magritte dans "Les mots et les images", article publié en décembre 1927 dans La Révolution surréaliste, qui présente un tableau confrontant des énoncés linguistiques à des vignettes illustratives. Par exemple, la première phrase nous apprend qu’"un objet ne tient pas tellement à son nom qu’on ne puisse lui en trouver un autre qui lui convienne mieux".
La Querelle des universaux pourrait illustrer cet autre énoncé tiré de l’article: "parfois le nom d’un objet tient lieu d’une image". En effet, les mots "feuillage", "cheval", "miroir", "convoi", écrits sur la toile, remplacent l’image qu’ils désignent. Placés à l’extrémité des pointes d’une étoile énigmatique et inscrits chacun sur une tache brune, "une forme quelconque qui peut remplacer l’image d’un objet", ces mots participent pleinement à la composition spatiale d’une nouvelle image fantomatique. Grâce à cette toile, la connexion que nous établissons spontanément entre les objets, les images et les mots, se trouve mise en déroute.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No me resisto a contestarle después de varios días de ausencia de su blog; desde luego no por falta de estímulos que usted me señala como cebos para truchas.
ResponderEliminarSolamente una apreciación: se cita "...a veces el nombre de un objeto toma el lugar de su imagen" y a continuación: "...inscritos cada uno en una mancha marrón", curiosa visión porque yo siempre he creído ver esas palabras sobre piedras marrones, voviendo a poner en custión los elementos del cuadro.
En cuanto a su visita au Museé Oteiza, apreciará un templo guardado por muchachas no ya púberes, ni quizá incluso vírgenes (je ne sais pas), pero vestales risueñas de un Acteón malicioso que se oculta entre los muros rojos. Imagine esa arquitectura habitada solamente por un ciervo...