22/6/05

Los bañistas

El aeropuerto de Biarritz debe tener el nombre más largo y desproporcionado del mundo: además de estar erigido a la memoria de no recuerdo qué aviador, se llama Aeroport de Bayonne-Biarritz-Anglet. Tiene un par de pistas de juguete rodeadas de hoyos de golf y pequeñas charcas que aquí se empeñan en llamar lacs. En una de ellas, hay una máquina rastreadora que saca a la superficie las bolas que los deportistas pierden en sus golpes fallidos.

El avión despega hacia al mar y hay un momento en el que pueden verse las caras de los bañistas. Las olas son líneas blancas en movimiento, nunca paralelas al borde de la playa. Cuerpos allá abajo en mitad del día sin otra cosa que hacer que recibir los benéficos rayos del sol y el salutífero yodo del agua. En fin. Me viene a la memoria la obra de un artista -¿quién era?- presentada en dos instantáneas: en la primera, tumbado en la arena, tiene un libro sobre la tripa. En la segunda el libro no está. En su lugar hay un rectángulo blanquísimo que contrasta con el resto de la piel casi chamuscada.

Los 70. La Tate Modern exhibía el año pasado la película de la fabricación de la espiral en el agua de Robert Smithson. Y ahora desde la ventanilla cualquiera puede ver el estuario del Garona en Burdeos. Action-art. Ojo-art. ¿Basta con mirar? ¿Es el voyeur el nuevo artista? Ayer B.I.M. me decía: "me pasa como al personaje de Brecht. No sé de dónde vengo ni adónde voy, pero contemplo apasionado como cambian esa rueda." Mirar y aislar. Tal vez a estas alturas sea ya un gran acto de creación. Detener el flujo y elegir. Y hacerse responsable. La pintura, frente a otras manifestaciones estéticas, tiene ese problema. El resto de las artes son “continuos” en los que hay una elección de carácter general. No es exactamente cierto. El novelista elige cada palabra y el músico cada nota. Pero sus obras cuentan con el tiempo a favor. Un tiempo en el que se desarrollan y en el que cada segundo es distinto al anterior a y al posterior. ¿Cómo consigue sobrevivir la pintura, la imagen?

¿El suceso? ¿Tendremos que hablar de Philip-Lorca Di Corcia? Inventor del suceso no acontecido.

1 comentario:

  1. Anónimo24/6/05

    Quizá la pintura, o la imagen en general, sobreviva porque es más verdad que el resto de las artes que calificas de "continuos", cuyas obras, que cuentan con el tiempo a su favor, son más mentira. Me explico: puede parecer que, al parar el flujo y elegir, lo que existe realmente, lo que tiene entidad es el flujo (el tiempo), y lo que se obtiene de dicha elección es una entelequia, que llamamos creación. Sí, pero es creación en cuanto a representación de la realidad, e incluso, en cuanto a selección o acotamiento de un espacio (concepto que sí tiene una naturaleza empírica, como indicaba en mi nota del 16-4-2005), no en cuanto a la selección de un instante dentro del flujo.

    Esto es así porque en dicho proceso no se crea nada. Es justo al contrario, el tiempo es una creación del intelecto: llamamos tiempo a una sucesión de instantes, los cuales sí existen realmente y de ellos surgen las imágenes.

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