2/6/05

Grado cero. Y III

Esta literatura se conserva todavía fresca y sabrosa, mientras que otras -como el realismo mágico- han embarrancado pasa siempre. Y otras mucho más recientes se hunden en el puerto durante su botadura.


El alumbramiento del relato aparentemente libre, sujeto a las leyes de la rapidez y de la simplicidad, en su términos más absolutos, da también lugar a la incomprensión entre aquéllos que debieran sentirse absolutamente identificados con esta forma de narrar: los jóvenes. Los jóvenes que, salvo honrosas excepciones, ya no son ni modernos ni posmodernos, ni nada. Los jóvenes, entre quienes la conversación habitual es la de grado cero. Y luego no entienden shorts cuts.

Resulta curioso que quienes hablan a la manera del ymedijo y yoledije prefieran la literatura al estilo del XIX. Jóvenes que para otros menesteres proclaman su absoluta modernidad, escriben y leen como si Flaubert no hubiera sido concebido todavía. La juventud es una cosa muy rara: entiende Gran Hermano y no entiende la literatura moderna. Desentierran al narrador omnisciente que lleva pudriéndose decenas de años y lo sacan a pasear bajo palio. No entiendo nada. Tal vez a la juventud le sobra la literatura moderna porque le basta con el cuerpo. Con el suyo, digo.
¿Tal vez injusto?...pero me quedo a gusto. Estoy preparado para la lapidación. (Me acuerdo de la vida de Brian)

2 comentarios:

  1. Se me ocurre pensar que quizás el narrador omnisciente no murió nunca, que todo narrador es, por definición, mnisciente. Lo que pasa es que puede disimularlo, o disfrazarse. Pero nunca esfumarse: una novela la escribe siempre "alguien".

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  2. Anónimo7/6/05

    Mi querido Passy:
    Está vd. siendo injusto: el grado cero no es patrimonio de la juventud. Me temo que es patrimonio de la humanidad.

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