Aire administrativo

El Sq. Barye está a popa de la isla de Saint Louis. Aquí dicen que venían, en tiempos peores, los homosexuales, huyendo de la persecución policial. De noche, cuando los bateaux mouches iluminaban la isla con sus potentes baterías de focos, los chicos se agachaban detrás de los bancos.

La Cité es la Cité; el germen de París, pero ahora es una semilla recubiereta por la pelusa del turismo. En la Concièrgerie, la figura en cera de Maria Antonieta mueve más a risa que a compasión o venganza. Sólo el emplazamiento del Tribunal de Justicia y de la Prefectura de Policía - no por muy retratados menos imponentes- dan a la Cité el aire administrativo que le conviene.

La isla de Saint Louis es otra cosa. Es el apéndice del germen. En casi todos sus inmuebles hay una placa recordando que en ellos vivió tal escritor o tal filósofo. Y en la popa, viendo pasar el Sena a un lado y a otro, puede verse que, en contra de lo que dice Vila-Matas, París sí se acaba: se acaba hacia el sureste.

Empujado por las notas de la sra. B. me traigo algunos textos de los situacionistas franceses y paso la tarde tan ricamente al aroma de un tilo esplendoroso.

De momento, nada más empezar, me encuentro con la imagen de una pegatina que hizo historia: Le Big Cop. Una imagen que traspasó fronteras y que bien vista provoca algo más de lo que pretendía. No es sólo el temor a las fuerzas del orden público o el ansia de combatirlas. Es también el aspecto casi cómico que los CRS empezaron a tener en el 68 con aquella impedimenta tan aparatosa.

Las imáganes despistan a veces: el contenido sufre por reducción Es una estupenda composición, pero ¿quiere decir lo que dijo?