Las luces que iluminan de noche los escaparates de los commissaires aún están encendidas. Mientras, los focos del interior dejan en suspenso un cuadro, una escultura. Los barrenderos dejan correr el agua por los arcenes y el cielo se refleja en su corriente.
Es lunes de mañana; cualquiera se separa de una princesa bacana. (Jorge Drexler)
La luz artificial desvela la vida de lo inerte, mientras la corriente de agua se lleva todos los sueños en los brazos de la aurora y devuelve a la realidad, a la vida del amanecer, del lunes, ese día de la semana que tiene poco de bacán, o de bacana. Frente al asombro de ver un cuadro, una escultura, iluminados de forma sorprendente y diciendo que a estas alturas de la jornada están de más, el estupor de comprobar que en una corriente de agua puede el escritor ver reflejado nada menos que el cielo: eso es vista buena de lunes a hora temprana con o sin princesa y sin bacana.
ResponderEliminar