Mientras revuelvo en las cajas de un bouquiniste, pienso de nuevo en la entrada que Arcadi Espada dedica a la igualdad entre el tratamiento de la verdad y la impostura. Esa especie de miedo al medio. No me extraña, por otra parte, a la vista del nickjournal que sigue a sus comentarios.
Los restos de Le Petit Parisien han debido ser sacados a la venta recientemente porque otra vez encuentro un original de una foto publicada es ese periódico: hay un sello del editor al dorso. Es una imagen que refuta de nuevo la argumentación de la sospecha del medio moderno. El medio -sea cual y cuando sea- miente por naturaleza. El medio no tiene otra que representarse a sí mismo. Sea un periódico, una obra de teatro o una hoja parroquial, sólo cabe eso: mentir hasta creer. Adagio: Una mentira repetida un número suficiente de veces, se convierte en una verdad absoluta. Ni siquiera el temor a ser descubierto en la impostura frena a quien representa. Porque aquéllos a los que se teme, estarán posiblemente ocupados en otras cuestiones. Hay un riesgo pero es tan mínimo que merece la pena correrlo.
A lo que iba: además del sello, la foto lleva anotado al dorso el nombre de los personajes retratados y la fecha: de g. à droite Comdte Franco, Rada mecanicièn, Colonel Macia. pp 31.12.30 Hasta aquí todo normal. le pido al librero que me permita sacar la foto del plástico que la protege y enseguida veo que Rada no estaba allí en el momento de la foto. Rada esta recortado y pegado para formar el trío. Si estuvieron o no juntos los tres personajes es lo de menos. Lo que importa es la falsificación, la impostura cometida hace 76 años, de la misma calaña que las que se cometen ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Y lo que importa, también, es el placer de mentir, el temblor de la falsificación: saber que lo que se dice no es cierto y que, sin embargo creará una apariencia de verdad.
Llama A.I. Me pide llevar a un grupo de turistas a Versalles mañana sábado. Me pide que mienta, que diga cuatro cosas a una cuadrilla de recorredores de pasillos; que si aquí dormía Luis XIV o allí abajo se vaciaba su palangana. Escuchar la voz de A.I. que me invita a mentir a aparentar: quel plaisir!
A todo digo que sí
con tal de verte bailar
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