14/5/05

El Paraíso

Todos los lugares producen extrañeza y deseo de estar en otro diferente. La concepción del Paraíso nace de este axioma y tiene como objeto aplacar la angustia que provoca aquélla. Desparecido éste -el Paraíso-, la extrañeza carece de solución.

No se trata de la expulsión. La expulsión provoca la nostalgia o el equivalente al llamado mal del país. Se trata de la falta de objeto, del conocimiento de su inexistencia, lo que impide la melancolía. Aunque, como dice Drexler, a veces se añora en la vida algo que nunca llegó a pasar.
Vuelven los dolores de cabeza. Las pastillas contra la migraña cuestan lo mismo que el tabaco que ya no fumo.

4 comentarios:

  1. Anónimo14/5/05

    Si fuera cierto que TODOS los lugares producen extrañeza, ganas de estar en otra parte, nuestra vida sería el delirio, la follie. Por el contrario, hay muchos lugares que provocan ganas de moverse nunca. Le pondré tres ejemplos nada más: la plaza de San Marcos de Venecia, un atardecer en una playa, la ducha de cada mañana.

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  2. estimado anonymus:

    Cuando Jesús se llevó con él a Pedro, a Santiago y a Juan, y los condujo, a ellos solos aparte, a un monte alto y se transfiguró ante ellos... Y se les aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con Jesús. Pedro, tomando la palabra, le dice a Jesús:
    —Maestro, qué bien estamos aquí; hagamos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

    ¿Recuerda ud. cuánto tiempo permanecieron en la cima del monte el Maestro y los dos discípulos?

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  3. Anónimo15/5/05

    No sé porqué expulsa usted en su pregunta final a 1 de los 3 discípulos que acompañaron a Jesús. Claro, si usted empieza haciendo trampas y se quita de en medio a un discípulo por las buenas, entonces me va a recordar a Sir John Falstaff, ¿se acuerda? cuando en el Henry IV (acto II, escena IV) cuenta con toda clase de palabrería la emboscada que les tienden unos bandidos y a medida que transcurre el relato pasa de dos enemigos a catorce en apenas cuatro frases, sin inmutarse. Es más, se pregunta altivo, seguro, jactancioso: ¿es que la verdad no es la verdad?
    No me haga trampas, mi respetado Passy, porque usted sabe que no abandonaron el monte porque aquello les aburría al poco de llegar, sino porque la visión se acabó y cuando la película se acaba, o cuando ponen los anuncios, casi todo el mundo se marcha. Por lo demás, la frase de Jesús todavía resuena en los oídos de los tres, de Pedro, de Santiago y de Juan: Levantaos, no tengáis miedo. Pues eso, ¿es que la verdad no es la verdad?

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  4. Creo que no olivido a nadie en la transcripción de la cita evangélica:
    "Cuando Jesús se llevó con él a (1)Pedro, a (2)Santiago y a (3)Juan..." Sí es verdad que luego, por error mecanográfico, digo 2 y no 3. No hay antecendentes de refutaciones basados en errores de este tipo.

    Más me interesa la última parte de su nota: Los cuatro se marchan cuando se acaba la película dice usted. Y a esto es a lo que iba: ¿Cuánto tiempo es capaz de aguantar ud. realmente en la plaza de San Marcos? ¿Y debajo de la ducha? ¿Hasta que se le arrugen los dedos o hasta que se acabe la bombona? -Permítame la licencia-

    Esa follie de la que ud. habla es consustancial al hombre y le persigue como el hombre persigue lugares, alicientes, novedades, inquietudes.
    Corren malos tiempos para las incorrecciones políticas, (con independencia de quién gobierne) pero si no fuera así me permitiría llamar su atención sobre el hecho de que me refiero a la locura del hombre, no a la de la persona.

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