20/4/05

Enchufes de tres patillas

Entramos en Londres con la furgoneta vacía. Pasamos junto a la fábrica de electricidad de la portada de Animals de Pink Floyd. luego, camino del centro, en Marble Arch, giramos a la izquierda, dejando Regents Park y Maida Vale también a la izquierda, hacia Kilburn.
En la entrada del hostal se amontonan colchones con manchas de humedad, dos silletas para niños y cajas de cartón para neveras. Desde la habitación la vista no mejora: Hay una ferretería, un anuncio de Skoda y se entrevén las vías del ferrocarril. Para apartar las cortinas de la ventana es recomendable el uso de guantes. No digamos para la de la ducha.

Abajo, junto a una cervecería oscura, hay una tienda de las que no cierran ni de noche ni de día. Un paquistaní me vende cuchillas, crema de afeitar y un adapatador para enchufes continentales.

2 comentarios:

  1. Anónimo21/4/05

    Y mientras me afeito pienso quién me mandaría venir hasta aquí y echo en falta mi casa, mi paisaje, mi jabón y mis cuchillas. Por echar en falta, echo en falta hasta una patilla más en el enchufe, que ya es echar. A la mañana siguiente, después del desayuno con judías, parece que estoy en otra parte porque veo las cosas de otra manera, reconozco el anuncio del Skoda y me resulta incluso familiar. Con lo que no puedo es con el suelo de la ducha, del color de la miel de mil flores y con su mismo pringue pegajoso, con esa pátina que el tiempo otorga a las antigüedades y que en la ducha pone la cochambre como una aportación de iniciativa propia.

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  2. Anónimo21/4/05

    ... pringue pegajoso...
    y qué otra cosa puede esperarse del pringue.

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