9/3/05

El principio de la duda

Para pasear por París hay una estupenda recensión de Memorias de Ultratumba, editada por Alianza. A lo que iba antes: el párrafo de la detención de Chateaubriand ya no puede volver a escribirse de la misma forma. Para eludir cualquier sospecha sobre sí mismo, no tiene más remedio que tomar como modelo al propio Jesucristo en el Huerto de los Olivos, con criados y gente de armas en las puertas, y la referencia a la salida del sol- tan parecida al canto del gallo para san Pedro- da al final de la escena un toque evangélico-dramático definitivo. La forma de dejarse conducir seguro de su verdad, es ya irrepetible. No sé si la duda como concepto, como estado de suspensión del juicio, es un invento francés: Desde luego hay duda antes del cogito ergo sum de Descartes, pero no como método. Chateaubriand es posiblemente el último hombre que no duda.
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