16/5/12

Estéreo: Claudius Herrmann y una DSRL


El fotógrafo me esperó a la salida. Estas cosas pasan. Cuando Claudius Herrmann, comenzó a interpretar la suite nº 2 de Bach, los dos primeros bailarines del Ballet de Zúrich quedaron enmarcados en un rectángulo azul y él, el fotógrafo comenzó a disparar su cámara. Un violonchelo solo para todo un cuerpo de baile. La enorme melancolía de Bach, desde la izquierda y a la derecha el obturador de una réflex. Clasca-clasca, clasca-clasca. Uno puede contenerse hasta cierto punto.

 De los argumentos que esgrimió en el vestíbulo del teatro, además del clásico “hágaselo mirar” o “cómprese el disco y quédese en su casa”, a los que uno está más que acostumbrado, este otro me pareció más elaborado: El fotógrafo, por lo que dijo, debió ser también un amante del espectáculo en silencio, hasta que se dio cuenta de que el cine, el teatro o los conciertos son “actos sociales”.  Bien; la cosa ya tiene nombre. Ya lo tenía y además el mismo, aunque en otro sentido: Recuerdo cuando criticábamos a quien acudía bien vestido a un concierto porque creíamos que confundía la música clásica con un acto social. Como en tantas ocasiones, el sintagma permanece, pero el  significado no: un espectáculo de danza es un acto social no porque te encuentres con otras personas a la entrada sino, porque durante su desarrollo, el nivel de ruido que debes soportar se parece al de la plaza pública. Hemos charlado el tiempo suficiente para que el fotógrafo se fuera convencido de tener razón y yo de que no deben empezarse diálogos inútiles.



2 comentarios:

  1. Anónimo16/5/12

    Estoy seguro de que no te sientes solo, pero por si acaso, te contaré que viendo una exposición el el museo de bellas artes de Bilbao, una guía explicaba a un grupo de viva voz, cosas que consideraba tan interesantes, que las "gritaba" también para todas las demás salas haciendo la visita insoportable. Al dirigirme a una de las vigilantes para hacerle notar el despropósito, me vi claramente reflejado en su rostro "aquí viene el raro".
    Me fui sin ver la exposición.
    A los diez segundos, mi mujer explicó a unas amables expendedoras de entradas para el museo, que una chica que parecía hablar para todo Bilbao le había impedido seguir viendo los cuadros, y las amables chicas le comentaron que quizás es que no era del museo.
    Quizás le teníamos que haber dicho a la guía delante de todo su grupo lo que pensábamos de su educación pero conscientes de nuestra rareza, nos fuimos a tomar una caña.
    La pintura tendrá que esperar.
    Suyo afectísimo
    Peri

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  2. Solo, no; pero tengo la sensación de que este asunto está perdido. Al menos aquí. Los homeless que se refugian del frío durante los ensayos de los conciertos en Saint Martin in the Fields, están a años luz de la chusma que asiste aquí a los "actos sociales". Dan mucho polsaco. Lo triste es que crean que mi libertad para disfrutar de un concierto, termina cuando empieza la suya para joder la manta.
    También suyo en los mismos términos,

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