“Por eso las personas hemos desarrollado ingeniosas técnicas
de control de la mente para implantar y nutrir pensamientos comunales en los
demás. (…) La otra técnica consiste en reforzar la intuición medio popular medio y biológica
de que las personas estamos hechas de la misma carne y, por consiguiente, formamos parte de un gran superorganismo. Las
comidas comunales son uno de los rituales de vinculación más comunes en todo el
mundo, como si la gente creyera que se es lo que se come y, por tanto, si uno
come lo mismo que el otro, es lo mismo que el otro. Un corolario es que los tabúes
de la comida protegen las fronteras del grupo, porque impiden que sus miembros
compartan la comida con grupo vecinos”.
El mundo de las palabras
Steven Pinker. Ed. Paidós
podría ser esto un síntoma de egotismo?
ResponderEliminarlector.
No sabría decirlo. Saludos,
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