12/6/08

W. Benjamin y los sueños


"El espectro de los sistemas intermedios entre el sueño y la vigilia le fascinaba tanto, a este propósito, como el universo mis­mo del sueño. Una vez me explicó la ley de la interpretación de los sueños, que él creía haber descubierto; cuando he vuelto a leer mis notas de entonces, sin embargo, no las he entendido. Aun cuando más tarde, hasta donde yo puedo saber, abandonó la interpretación de los sueños, al menos de modo explícito, en esta época todavía relataba con frecuencia sueños propios, y se avenía gustoso a discutir sobre el tema de su interpretación. Recuerdo que me contradijo cuando, algunos años después, le escribí acerca de la profunda decepción que me había produci­do la Interpretación de los sueños de Freud. (...) En otra ocasión, tras una discusión, entre amarga y divertida, sobre el proyecto de una «Enciclopedia de la estupidez» inspirada en Flaubert, me contó que la noche anterior había soñado lo siguiente: «Había unas veinte personas, que debían agruparse de dos en dos para representar una situación correspondiente a un tema dado. Los vestidos se ajustaban mágicamente a la intención. El primero en tener un tema preparado le daba el tono a su pareja. El pre­mio lo conseguía quien mejor representase el tema». Era él, en principio, quien debía haber recibido el premio por su represen­tación del «rechazo», en la que había asumido el papel de un pequeño chino regordete con una vestimenta azul, en tanto que su impertinente pareja, que pretendía algo de él, se había pues­to a trepar por sus espaldas. Otra pareja, sin embargo, lo había hecho igual de bien, y el premio fue concedido al siguiente tema: «celos». «Aquí la mujer era yo, y aparecía tendida en el suelo; el hombre me abrazaba y yo le miraba celosamente de abajo arri­ba y le sacaba una larga lengua.» Benjamin se extendía asimismo en comparaciones entre el estilo filosófico de nuestra generación y el de Kant; ontrariamente a la opinión dominante, consideraba sublime el estilo de Kant, a propósito del cual se remitía a Kleist. Como prueba evidente, que yo esperaba me mostrase con pasajes de alguno de sus es­critos menores o de la Crítica del juicio, Benjamin me leyó una carta de Kant a Kosegarten, para enseguida continuar, len­tamente y en un tono solemne, con las dos cartas de Samuel Collenbusch a Kant, conservadas en su correspondencia, cartas de un piadoso cristiano que protestaba contra la «Religión den­tro de los límites de la pura razón». Deutsche Menschen."

Gershom Scholem

Walter Benjamin. Historia de una amistad

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