10/6/08

Greffes


Greffe nº 1. Jöel Leick

Antes estuvo al otro lado del Sena, en la rue Cherche-Midi. Desde 1968 el atelier Clot está en el 19 de la rue Vieille du Temple.

Hay ahora una exposición de litografías de Joël Leick que tienen algo de ingenuidad. Tal vez a esa característica le vaya bien el medio elegido. La reproducción de la obra de arte es un asunto que se trata con frecuencia. Recuerdo unas manifestaciones algo altisonantes de Beuys -y que podían ser más o menos ciertas- acerca de su deseo de llegar al mayor número posible de personas a través de obras seriadas. El motivo de Sisley, Munch o Saura cuando pasaron por el atelier Clot era el mismo, pero el enfoque era distinto. Sea cual sea la idea del artista o del editor, hay un cierto placer en compartir una imagen con un número determinado –o no- de personas. Es un número que no es uno ni tampoco infinito. Frente al original, lo único, lo irrepetible, se alza una especie de comuna, un vagón de segunda en el que los viajeros dan algunas cosas por sobreentendidas: la falta de posibles, el valor de lo mediano o la dificultad de la compra. Hombre, ninguno haría ascos a un nocturno de Whistler, pero mientras tanto pueden echarse al bolsillo el libro-acordeón de los injertos de Leick, editado en el taller de litografía más antiguo de París, hecho con mimo, a un precio más que razonable. La dependienta es amable y si no hay artistas trabajando, te dejará pasar de la sala de exposiciones al taller, una nave con tejado acristalado a dos aguas para que la luz caiga directa sobre las mesas de trabajo. De las paredes cuelgan algunos bocetos. Las piedras litográficas están ordenadas en estanterías, como si Anselm Kiefer se hubiera dado una vuelta por allí. La prensa moderna es enorme. A su lado, hay otra manual que aún hacen funcionar de vez en cuando.

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